Columnistas

Invirtiendo en tiempos de guerra

Axel Christensen Director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock

Por: Axel Christensen | Publicado: Martes 1 de marzo de 2022 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Axel Christensen

En tiempos normales, los mercados suelen moverse al ritmo de las últimas cifras económicas e indicadores financieros. Por el contrario, en tiempos de guerra, como ahora con la invasión de Rusia a Ucrania, son las noticias geopolíticas las que mueven los precios. Para la mayoría de los inversionistas –que suelen tener objetivos de largo plazo- estos son tiempos de incertidumbre, porque las guerras, a menos que sean muy cortas y asimétricas, tienden a tener grandes consecuencias financieras.

Imagen foto_00000001

Para los especuladores, por el contrario, los temores de guerra son tremendas oportunidades. Si se posicionan correctamente, pueden conseguir altas ganancias. Sin embargo, estas pueden ser de corta duración, en caso de que los mercados se ajusten al nuevo escenario más rápido de lo que tarde en resolverse el conflicto. Un análisis histórico de conflictos bélicos muestra que, en la mayoría de los casos, después de significativas caídas iniciales, los mercados suelen recuperar lo relativamente perdido pronto. Por ejemplo, en promedio el S&P 500 ha corregido 6.5% en los tres meses después de una guerra (global o regional), para luego observar un avance de 13% un año después de dicho evento.

Considerando lo anterior para el largo plazo, ¿en qué hay que fijarse en lo más inmediato? El conflicto ruso-ucraniano ha sido un evento sorpresivo para los mercados. Los activos de riesgo han corregido duro, con las acciones de EEUU y Europa alcanzando nuevos mínimos para el año. Los rendimientos de los bonos del gobierno han disminuido, pero no tanto como podrían implicar las caídas bursátiles, lo que apunta a su menor atractivo como diversificadores en un entorno inflacionario. Más aún, la escalada -que incluye sanciones financieras y restricciones tecnológicas- hacia un enfrentamiento prolongado entre Rusia y Occidente posiblemente lleve a mayores correcciones, como lo han relejado claramente los activos.

El impacto macroeconómico clave a corto plazo es mayor inflación a través del aumento rápido en precios de energía y alimentos provenientes de Rusia y Ucrania, respectivamente. Ello ocurre justo en el momento que los bancos centrales estaban haciendo esfuerzos para frenar las presiones sobre los precios, impulsadas por problemas de oferta, retrasando y elevando su punto máximo.

Pero al mismo tiempo, es posible que sea la perfecta excusa para que los bancos centrales, en vez de perseguir la normalización de sus políticas monetarias a niveles pre-Covid para frenar la inflación, estén dispuestos a vivir con algo más de inflación, debido a los altos costos para el crecimiento y el empleo que conllevan mayores tasas. Los bancos centrales se moverán con más cautela cuando suban las tasas, especialmente el Banco Central Europeo. Paradojalmente, este evento bélico podría haber reducido el riesgo de que los bancos centrales frenen de golpe, o que los mercados piensen que lo harán.

En resumen, el impacto de eventos bélicos sobre inversiones de largo plazo ha mostrado ser muy limitado en su duración. Sin embargo, no hay que perder de vista el impacto macro sobre la inflación y las consecuencias en el actuar de los bancos centrales. Antes de la escalada bélica había un atractivo en la exposición accionaria frente a mercados descontando excesivos alzas de tasas. La prudencia aconsejar retrasar -pero no cancelar– este cambio hasta tener mayor claridad respecto a la evolución del conflicto.

Lo más leído